Fanfic - Ash x Gary Amor Yaoi

Andreita

Maestro Pokémon
Membresía
Hola chicos yo les pase esta historia a algunos chicos del foro y me anime a publicarla aquí para que futuras usuarias la puedan disfrutar aunque también pueden ser chicos n.n Pd: La historia tiene restricción de edad !! Es enserio, apta para chicos/as mayores de 16 años. Y perdon si me equivoque de foro !! :s

Experimentando contigo

Jugar puede crear sentimientos profundos que te llevan a intentar lo que tu corazón te pide.

Sus pasos se dirigieron lentamente hasta su habitación, había sido un día largo, gotas de agua caían mojando el piso alfombrado de la sala, después de un largo día en la universidad lo único que quería era dormir, además quería aprovechar que al día siguiente no tendría clases y planea quedarse encerrado para siempre en su propia prisión, o sea, en su apartamento, con estos pensamientos en su cabeza dejo su mochila sobre el sofá, con tranquilidad camino hasta su cuarto, pero al entrar a este algo lo dejo en shock.

Una silueta mirando la ventana le hizo estremecer, se preguntaba ¿Qué hacía en su departamento? Él no quería verlo, ahora sabía que había sido mala idea darle una llave de ese lugar, ya habían pasado unos dos días desde que no lo había visto y realmente pensó que así seguiría siendo por un tiempo, lo cual lo había hecho sentir aliviado, pero no… Ahí estaba él, esperando su llegada como otras veces lo había hecho ya.

Su mano se cerró en un puño, era mejor irse antes de que Shigeru se diera cuenta de su presencia, lo único que quería era estar lejos de él, estaba empapado gracias a la repentina lluvia que se había azotado cuando caminaba de regreso a casa, así que solo quería estar solo para darse un baño y dormir. Se dio vuelta con mucho silencio, lo último que quería en ese día, era mirarlo a él.

-¿Acaso te irás así como así? - Se quedó quieto y su cuerpo se puso tenso, ahogo un gemido de susto al sentir una mano rozar su hombro -¿Me vas a dejar solo en este lugar? Satoshi no seas testarudo, no trates de huir y… juguemos un poco – Sus ojos se cerraron con fuerza, su cuerpo se estremeció al sentir aquella boca besar su cuello, la puerta fue cerrada por la mano derecha de Shigeru y ante la oscuridad de la habitación los ojos verdes no pudieron ver las lágrimas que los carmesí dejaban salir, el cuerpo más chico fue conducido por el mayor hasta la cama, estaba ocurriendo de nuevo y Satoshi se preguntaba cuántos juegos más tendría que aguantar su corazón para terminar de romperse en miles de pedazos.

Shigeru hizo lo que se le vino en gana, como era ya una costumbre; el solo pudo dejarse llevar e imaginarse que lo que pasaba no era una noche más; mientras Satoshi sentía su cuerpo ser embestido por el cuerpo de su amigo no pudo evitar regañarse internamente de nuevo al recordar el día en que acepto ser parte de ese juego pensando con una pequeña llama de esperanza que en algún momento sus sentimientos serían correspondidos con la misma o mayor intensidad. Que tonto había sido.

Mientras sentía como su cuerpo experimentaba de nuevo aquella sensación que solo Shigeru podía hacerle sentir, su mente hizo un viaje a algunos recuerdos, recuerdos de cuando todo empezó y de cómo su corazón fue soportando cada una de las apuñaladas que recibía cada vez que su amante le hacía ver lo que en verdad había entre ellos… Nada.

Flashback

-Shigeru, vamos a llegar tarde – Primer día de clases, aun no podía creerlo ¡Shigeru y él habían entrado a la universidad que tanto habían deseado! Había sido duro, meses estudiando sin parar hasta altas horas de la noche ¡Y lo consiguieron! Realmente ¡Lo consiguieron! El día anterior su amigo se había quedado a dormir en su casa para celebrar que al día siguiente él entraría a la facultad de medicina mientras que Satoshi a la de ecología, sin embargo ninguno de los dos se tomó la molestia de dormir a una hora prudente y ahora Satoshi corría por su departamento, regalo de su madre al haber salido de la preparatoria, con una toalla amarrada a la cintura mientras recogía todo y trataba de despertar al ojiverde -¡Ayúdame pedazo de inútil! –

En ese momento Shigeru abrió los ojos en grande al sentir como Satoshi le aplastaba el estómago, tosiendo para recuperar el aire miro a su amigo con enojo, el cual quedo de lado en cuanto miro aquel cuerpo con algunas perlas de agua recorrerle la figura, un tenue sonrojo no pudo evitar aparecer, su mente quedo en blanco.

-Shigeru no me hagas esto ¡Apresúrate! – La cara de Satoshi se puso muy cerca de la suya y trago en seco, pero al analizar lo dicho y repetir la palabra Apresúrate en su cabeza le hizo reaccionar y mirar el reloj ¡Era tarde! Con prisas, aparto a su amigo con cuidado y se paró de la cama, corriendo y cayéndose de vez en cuando se metió a la ducha, Satoshi termino de vestirse y acomodar sus mochilas, Shigeru salió del baño y los dos salieron corriendo del edificio, no sin antes cerrar con seguro el departamento del pelinegro, quien en el camino se estaba quedando sin aliento y el más alto chasqueando los dientes al darse cuenta de esto le tomo de la mano para jalar de él.

El contacto hizo que el menor se sonrojara y mirara con nerviosismos sus manos casi entrelazadas cuidando en el proceso de no perder el equilibrio, ¿Cuántas veces se había sonrojado con aquellos toques inocentes entre los dos? Su corazón comenzó a palpitar pero sacudió su cabeza tratando de concentrarse en el maratón del momento, cuando llegaron a la entrada de la universidad Shigeru se detuvo estrepitosamente haciendo que él se estrellara contra su espalda.

-Llegamos a tiempo – Su cuerpo experimento un espasmo al sentir como Shigeru le agarraba con más firmeza la mano, lo miro de reojo, esperando que su sonrojo no fuera obvio, las respiraciones de los dos estaban descontroladas, a diferencia de él su amigo miraba el gran edificio principal, una sonrisa se extendió en su rostro y pronto se vio en vuelto en los brazos del más alto -¡Lo logramos! ¡Entramos a la universidad! – No pudo evitar reír y corresponder el abrazo, algunos universitarios y personas que pasaban por ahí miraban divertidos a los dos chicos, después de disfrutar un poco la recién emoción del más grande los dos se despidieron y cada quien fue a su edificio correspondiente, quedando que se esperarían al finalizar las clases para almorzar juntos.

Y justo como habían dicho, al finalizar las clases los dos se vieron en la entrada de la universidad, claro que Satoshi había salido antes y había estado esperando por una larga media hora al estúpido de Shigeru; y al escuchar su risa inconfundible miro a sus espaldas y claro, era de suponerse, el tonto venía rodeado de chicas con corazones en los ojos, el muy arrogante tenía una sonrisa en la cara y lo miraba divertido, su pecho le dolía. No estaba dispuesto a aguantar sus tontas babosadas y se fue, Shigeru al ver esto se disculpó con las chicas con un guiño y salió detrás del pelinegro, el cual alcanzo sin ningún problema, en ese momento los dos estaban en una pizzería, Shigeru tratando de sacar plática y Satoshi ignorando al ojiverde.

-Pareces un novio celoso - El tono de fastidio con lo que dijo aquello hizo que Satoshi bajara la mirada y empuñara su mano para no gritar que el chico frente a él era un idiota, tantos años siendo amigos y el estúpido no se había dado cuenta de lo tan enamorado que estaba de él, los dos pidieron una pizza y comieron en silencio, hasta que Shigeru se hartó de tanto drama y sonrió con picardía, Satoshi estaba distraído, tenía su segundo pedazo de pizza con una mordida en la punta en su mano derecha pero su mirada se encontraba en unos niños que jugaban animadamente no muy lejos de su mesa, algo en ellos le hizo recordar los viejos tiempos con Shigeru y este al ver su tonta sonrisa y que no le prestaba nada de atención se inclinó hacia adelante, estando muy cerca de Satoshi –Hey tonto, voltea – En ese momento el menor lo hizo y con los ojos abiertos ante la sorpresa miro a Shigeru, quien lo miraba retador, con esa tonta sonrisa prepotente y sin separarse de él.

-O-oye… Invades mi espacio vital, aléjate – Su cara era de nerviosismo, sentirlo cerca y no experimentar un toque intimo le estaba matando por dentro, puso sus manos sobre los hombros del mayor y lo trato de alejar, sin embargo Shigeru se negó y beso cerca de la comisura de los labios contrarios, haciendo que Satoshi cerrara los ojos con fuerza y dejara salir un quejido, el mayor sonrió –No es divertido – Dijo en cuanto sintió como su amigo se alejaba y se reía de él al ver su cara toda roja.

-Para mí lo es – Satoshi miro la pizza, la cual había dejado caer y la cual por suerte había caído sobre el plato, ya no tenía hambre, se limpió las manos y mientras Shigeru seguía comiendo él se dedicó a mirarlo sin gran interés con su mano derecha sobre la mesa y con su barbilla recargada en la otra, cerró los ojos después de unos segundos y lo próximo que sintió fue su mano libre ser jalaba y besada por el tonto de su amigo, cuando abrió los ojos miro con enojo al castaño y le dijo que parara de burlarse de él –Dejare de hacerlo con una condición– Satoshi lo miro confundido –Me he dado cuenta que tu enojo se debe a que estas celoso –El pelinegro sintió un nerviosismo interno – Así que haremos un trato, a ti no te gusta verme con chicas, a mí no me gusta que me hagas la ley del hielo, así que por cada vez que te enojes hare algo como esto… - Shigeru volvió a inclinarse hacia adelante, Satoshi creyó que de nuevo intentaría besarle y volteo su cara a un lado para evitarlo, ese tipo de juegos no le gustaban, Shigeru sonrió y entonces mordió levemente el cuello de su amigo para acomodarse de nuevo en su lugar después de haber escuchado un gemido del pelinegro –Así tu consigues algo de mí y yo que no te enojes conmigo, ¿Eso es bueno no? Tal vez creas que no lo he notado, pero sé que te gusto, eres mi mejor amigo, y gracias a ti estoy aquí parado disfrutando de una pizza contigo y asistiendo a la universidad de nuestros sueños, toma mis gestos como un agradecimiento – Su corazón se sentía quebradizo, Shigeru decía todo tan calmado, con una sonrisa como si la situación le resultara de gracia, aunque podía apostar que sí, Tal vez para Shigeru todo era un juego, pero para él, arriesgarse a aceptar y tener que sentir sus gestos continuamente sería un problema con el paso del tiempo, sin embargo su mente le jugó mal.

¿Qué mal podría hacerle? Eran solo unos cuantos toques, roces y besos, nunca llegaría a más, si Shigeru sabía de sus sentimientos y no le había dicho nada hasta ese momento era porque simplemente no le correspondía, entonces ¡Eso significaba que nunca llegaría a tener algo serio con él! Tenía la oportunidad de pasar momentos íntimos con el chico que le hacía perder el control de su respiración, tal vez más adelante conocería a alguien, pero por el momento jugar no le vendría mal.

-Está bien, trato hecho – Shigeru sonrió y beso la mano del contrario en forma de que estaban de acuerdo, después de eso los dos se fueron al departamento del menor y Shigeru estuvo haciendo de las suyas tocando al pequeño pelinegro y aunque para Satoshi era divertido y vergonzoso, algo dentro de él no paraba de decirle a gritos que estaba cometiendo un error.

Cosa que no supo hasta después de unos meses cuando tuvo una pelea seria con el idiota de Shigeru, un día que aún le dolía recordar.

Aquel día había tenido que quedarse hasta tarde en la universidad, eran ya las 11 de la noche y lo único que quería era dormir, se quitó los zapatos en la entrada y al pisar el suelo alfombrado de aquel departamento le hizo sentir una sensación reconfortante, Satoshi estaba pensando en hacerse algo muy ligero para cenar e ir a dormir, sin embargo algo extrañado miro a la entrada, sus zapatos no eran los únicos que estaban ahí, habían otros dos zapatos, unas zapatillas verdes y unos tenis negros, miro el suelo y distinguió ropa tirada, su pecho comenzó a doler una vez que identifico la ropa masculina, no estaba solo, pronto pudo escuchar sonidos raros provenientes de una habitación, Su habitación.

Algo dentro de él le decía que no abriera aquella puerta, que lo que vería sería duro de superar, pero imaginarse a Shigeru con alguien más en su habitación no solo le provoco un dolor increíblemente enorme, si no también enojo y decepción, vale que eran amigos, pero el idiota se estaba pasando de listo, era su casa, su hogar, no tenía derecho a hacer ese tipo de cosas en su departamento, Satoshi miro la perilla y con algo de inseguridad abrió la puerta…

Lo que vio no solo le provoco dolor en el pecho si no también un gran enojo, una cosa era su asombro emocional y otra su decepción referente a la gran amistad que había tenido con Shigeru durante años, quien por cierto estaba en su cama junto a una chica casi desnudos besándose y tocándose como si no hubiera un mañana, su enojo creció y sin saber bien lo que hacía entro y cerró la puerta tan fuerte como pudo, espantando a los presentes, Shigeru miro sorprendido a Satoshi.

-Largo – Ninguno de los dos se movió -¡QUE SE LARGUEN! – Satoshi camino hasta la chica y la tomo del brazo con fuerza, en el camino la chica se quejaba y él solo iba tomando la ropa de esta, la empujo fuera de la casa y también su ropa, Shigeru se enojó un poco por la forma en la que trato a la tipa y una vez que Satoshi azoto la puerta lo encaro.

-¿Pero qué te ocurre? ¡Tranquilízate, es una chica! – Satoshi frunció el ceño.

-Tú también, vete de aquí – Las lágrimas se asomaron a sus ojos y Shigeru lo miro sorprendido -¡¿Qué no entiendes?! ¡VETE! – Shigeru se acercó con una sonrisa, sabiendo como calmar a la bestia, pero esta vez no le iba a funcionar, cuando se acercó para abrazarlo Satoshi quiso alejarse, pero él no se lo permitió.

-Vamos, tenemos un trato, apuesto que por un momento deseaste ser esa chica – Con asombro Satoshi miro a Shigeru, lo que había dicho fue el colmo de todo, se separó de él y ante lo dicho alzo su mano y le dio una cachetada al más grande, el ojiverde se quedó pasmado.

-¡No soy tu juguete! ¡Soy una persona con sentimientos! ¡ERES UN BASTARDO, NI SIQUIERA MERECES QUE YO ESTE ENAMORADO DE TI! – Satoshi cayó de rodillas al suelo y se tapó la cara con las manos – ¡TE ODIO! – Con esto, el castaño se quedó en shock, con algo de dificultad tomo la decisión de irse y dejar solo a su amigo, Satoshi se quedó por un buen rato de esa manera, llorando, después de unos minutos decidió que lo mejor era descansar, pero al ver que eso era imposible decidió ir a la sala a mirar tele, la noche paso y ya eran más de la 1 de la madrugada, era inevitable, su cabeza estaba pensando en Shigeru, en esa chica y en lo que había dicho.

Se dijo así mismo que era un tonto, a pesar de lo que había hecho no podía odiarlo, sin más se paró del sillón y justo estaba por entrar a su cuarto, del cual por cierto tuvo que cambiar las sabanas ya que de solo imaginar que Shigeru estuvo sobre ellas con una chica le hacía llorar, cuando tocaron la puerta, extrañado y algo temeroso la abrió con cautela, encontrándose con una sorpresa, era Shigeru y se estaba cayendo de borracho.

-Eres un idiota – No podía dejarlo ahí, fue así que Satoshi dejo pasar a Shigeru y lo llevo hasta su cuarto, en donde lo acomodo en la cama acostándole para quitarle los zapatos y buscar en los cajones ropa que con anterioridad había dejado ahí ante las incontables veces que ese chico se había quedado a dormir -¿Puedes vestirte solo? – El otro no le respondió y con fastidio se dispuso a ponerle la ropa, sin embargo justo estaba por quitarle la camisa cuando un brazo lo jalo hacía el cuerpo más grande haciendo que quedara a cuatro sobre el otro, extrañado por el comportamiento de su amigo le pregunto qué le pasaba, pero como era de suponerse no recibió respuesta, en cambio unos labios lo hicieron callar y sin poder evitarlo fue él quien quedo debajo de Shigeru cuando este con un movimiento rápido se posiciono arriba de él.

-Dime que me amas – El aliento a alcohol hizo que se tapara la nariz, el estado de ebriedad de su amigo era tan grande que ahora decía estupideces o eso pensada Satoshi al escuchar lo que el otro había dicho, sin embargo la petición fue repetida pero esta vez la boca del otro estaba sobre su cuello, saboreándolo como si de un helado se tratara, los gemidos de parte del menor no se hicieron esperar, sus manos fueron a parar en los hombros del otro tratando de separarlo, pero era imposible –Dilo Satoshi… Por favor, di que me amas – De nuevo lo escucho y esta vez Satoshi estaba más que seguro que el mayor había perdido la cordura.

-Para el royo Shigeru, apártate – Dijo algo alterado, tratando de controlarse, pero esto pronto se le hizo imposible cuando el susodicho lo despojo de sus ropas y beso su abdomen –No, por favor…. Para- No, no quería que eso llegara a más, él siempre había querido que su primera vez fuese con Shigeru, pero con un Shigeru capaz de procesar la situación al siguiente día y no sacara conclusiones erróneas como por ejemplo, recriminarse así mismo por obligar a su amigo a hacer esas cosas, pues aunque esa sería una conclusión errónea, era lo que estaba pasando.

-¡DIME QUE ME AMAS! – Satoshi se asustó, el mayor se separó de él y ahora lo miraba con tristeza, los ojos verdes ahora derramaban pequeñas lágrimas y el de ojos carmesí se extrañó por esto, de un momento a otro la situación cambio y Satoshi abrazaba contra su pecho al más grande, pidiendo que se calmara y diciendo una y otra vez que le amaba, aunque eso significaba que su pecho le doliera con gran intensidad –Lo siento… Lo siento – Después de eso, Shigeru se quedó completamente dormido, desde ese día algo cambio entre los dos, no sabía si su amigo recordaba o no algo de lo que había hecho pero en ellos algo cambio, los besos se volvieron más profundos y duraderos, las caricias más gentiles y significativas, en ocasiones se miraban a los ojos por horas y a pesar de que Shigeru seguía con chicas todo el tiempo a su alrededor eso no cambiaba el hecho de que Shigeru de alguna manera había cambiado para bien para con él.

-Satoshi, acércate- Nunca pensó que la situación entre ellos llegara a esos extremos, a pesar de que no quería hacerse ilusiones la verdad era que ya las tenía desde años atrás, ese día habían estado mirándose a los ojos sentados en el sofá, Shigeru le besaba la mano al menor de vez en cuando y una vez que la situación se volvió un poco más íntima el pidió que se acercara a él, cosa que el otro por supuesto hizo, Shigeru posiciono a Satoshi sobre él, sentándolo en sus piernas y quedando frente a frente, las piernas del chico habían quedado a los lados de su cuerpo y al estar en esta posición el mayor puso sus manos sobre la cintura del chico, delineándola con leves toques, Satoshi comenzó a sonrojarse y esto saco una sonrisa prepotente por parte del castaño -¿Quieres hacer algo interesante? – La sola preguntaba claramente traía una carga exagerada de doble sentido, Satoshi sabía perfectamente a lo que su amigo se refería, no supo que responder o cómo reaccionar, aunque la verdad Shigeru no esperaba respuesta alguna, simplemente tenía en mente algo, hacer algo, fue así que una de sus manos se separó de la cintura del menor y se dirigió hasta el rostro del mismo, pasándose así por detrás del cuello para jalarlo contra su propio rostro y así unir sus labios en un tierno beso, por lo menos hasta el momento.

Como era ya de imaginarse, Shigeru comenzó a hacer más intenso aquel contacto, no solo acelero sus movimientos labiales sino también hizo que su mano libre se hiciera camino por debajo de la camisa de su mejor amigo para así explorar la piel suave que tenía y que hasta el momento él no había podido tocar con tanta facilidad, Satoshi entonces reacciono y se preguntó si realmente estaba preparado para dar ese paso, y no era tanto lo que iban hacer si no lo que iba a significar para él y si sería capaz de soportarlo, pero él sabía perfectamente que no sería así.

-Shigeru, no – Satoshi intento separarse del más grande, pero el otro solo lo jalaba hacía él para evitar que hablara más de la cuenta, el solo quería comérselo a besos y eso era lo que intentaba, pero era imposible, Satoshi no se quedaba quieto –Para, por favor- Shigeru no se iba a rendir tan fácil, dejo de besar aquellos labios pero se apodero rápidamente del cuello blanquecino, haciendo que gemidos comenzaran a invadir la habitación, ahora sus dos manos jugaban con la piel del otro pero Satoshi seguía tratando de separarse, el mayor arto de tanto jaleo chasqueo los dientes y con un movimiento rápido tiro a Satoshi al suelo de manera brusca y se posiciono sobre él.

-¡Basta! No hagas las cosas difíciles, yo solo… - Shigeru miró los ojos de su amigo, el menor por aquella acción se había asustado y ahora miraba con gran temor al castaño, cosa que solo hizo enfurecer al mayor -¡No me mires así! ¿¡Crees que esto no es difícil para mí?! ¡Esto no es un juego Satoshi! Han pasado meses desde que todo comenzó, ¡Me acuesto con chicas casi todos los días y ya no es suficiente! ¡TODO ES TU CULPA! – La situación se tornó brusca, el menor se vio en peligro y quiso salir corriendo, se dio vuelta en el mismo lugar, quedando de cara al suelo y justo cuando quiso salir corriendo Shigeru estampo su cara contra la alfombra que cubría el piso de su departamento, el golpe lo dejo un tanto aturdido, Shigeru se desabrocho el cinturón y tomo sus manos para colocarlas detrás de su espalda para que así no pudiera escaparse de él, con miedo intento que su amigo entrara en razón.

-¡Deja de jugar, Shigeru! ¡Por favor, basta! ¡No puedes…! ¡NO PUEDES HACERME ESTO! – Las lágrimas comenzaron a salir con desesperación, lo miraba de reojo con suplica y terror, Shigeru miro esos ojos carmesí con odio, no le gustaba que lo mirara de esa manera, no le gustaba ser provocador de ese sentimiento, su lugar en el corazón de Satoshi era por amor no por odio, y aunque internamente sabía que lo que hacía solo arruinarían las cosas, él se decía así mismo que tal vez eso era lo mejor.

Tomo su camisa y se la quito de inmediato, bajo sus pantalones lo suficiente al igual que su ropa interior para dejar salir cierta parte de él, Satoshi cerró los ojos con fuerza y mientras sus lágrimas y jadeos seguían sin parar, sintió como su amigo le quitaba su pantalón blanco junto a su ropa íntima, la mano izquierda del mayor decidió tomarse la libertad de tocar su hombría y así despertarla con toques bruscos pero placenteros al final de cuentas, Shigeru condujo su mano libre cerca de la boca del menor y lo obligo a lamer tres de sus dedos, Satoshi no quería porque sabía a dónde llegarían esos intrusos, sin embargo la fuerza del mayor ganó y pronto sintió aquella mano haciéndose paso por su parte trasera, buscando un solo objetivo, una zona nunca explorada por nadie en él.

-Por favor… Ahh… no lo hagas… Por favor – Sus lágrimas, su placer y sus continuos gemidos no lo dejaban hablar con claridad, él no quería que las cosas fueran de esa manera, él deseaba que Shigeru pudiera darle un momento mágico y lo que estaba logrando era provocarle un miedo incomparable, y aunque siguió suplicando y pidiendo que parara, su voz nunca le llegó al mayor, y más pronto que nunca sintió dos dedos meterse dentro de él de un solo golpe, no solo provocándole un dolor horrible sino un placer nunca experimentando.

-Te gusta… ¡Claro que te gusta! – Shigeru no supo en qué momento había perdido la cordura, pero sus ojos eran tapados por su flequillo, lo que hacía estaba mal pero no podía parar, ver a Satoshi de esa manera hacía que su corazón se desboronara a cada segundo, sin embargo ya nada le importo, su amistad, esa relación tan rara lo estaban confundiendo y él solo quería… estar junto a él. ¡A pesar de eso no podía aceptarlo! Satoshi era su amigo y no podían ser algo más.

-¡Ahhhh! – Sus ojos se abrieron en grande, sintió como sus paredes se desgarraban, ahora ya no había nada que hacer, se sintió de un momento a otro la peor basura del mundo, el dolor que sentía no solo físicamente sino también emocionalmente lo estaban matando, apretó sus dientes tan fuerte como pudo, incluso sentía que en cualquier momento se quebrarían, pero era necesario, no quería gritar, Shigeru se había comenzado a mover y no precisamente con un vaivén lento, la brusquedad con la que lo profanaba lo estaba partiendo a la mitad.

-Di que me amas…. ¡DI QUE ME AMAS! – Ahí estaba de nuevo, esa misma demanda que esta vez no estaba dispuesto a cumplir, simplemente esos gritos hicieron que llorara con más intensidad, y repentinamente todo paro, Shigeru no siguió sus movimientos y se preguntaba el porqué, sin embargo sus oídos captaron un sollozo –¿Qué rayos estoy haciendo? ¡¿Qué se supone que hago?! – Shigeru salió rápidamente de Satoshi provocando que volviera a lastimarlo, el menor dejo salir un gemido de dolor pero una vez que se sintió libre, miro al ojiverde de reojo, sus manos seguían atadas y el dolor en su parte trasera no lo dejaba acomodarse mejor, su amigo se había recargado en el sofá y lloraba descontroladamente, verlo así le dolió y de nuevo… cayó en sus redes.

Como pudo se puso de rodillas y con dificultad se acercó al mayor, algo pegajoso recorría sus piernas, un poco de pre-semen se estaba tomando la libertad de rodear sus extremidades, sin embargo un tono rojizo lo acompañaba y Shigeru, quien miró a su amigo en cuanto lo tuvo en frente, llegó a ver esto de reojo, se maldijo así mismo por haber provocado eso y le pidió al menor que se alejara de él, que no quería hacerle más daño.

-Shigeru, yo… - -¡Que te alejes! ¡¿Qué no entiendes?! ¡¿Qué acaso no vez que te lastime?! ¡¡No quiero hacerte más daño!! – Satoshi suspiro y sus ojos se encontraron, verde y rojo demostraban sentimientos muy diferentes, uno dolor y el otro arrepentimiento, sin embargo el carmín se acercó al verde y lo besó, fue un beso delicado pero lleno de sentimientos, sentimientos que hicieron a Shigeru sentirse la peor basura del mundo pues le hacía recordar lo nefasto que era al jugar así con su mejor amigo.

-Perdóname - ¿Perdonarlo? ¿Acaso Satoshi le pedía perdón? ¡Pero sí era él quien tenía que pedirle perdón! Satoshi no tenía por qué pedirle disculpas a un patán como lo era Shigeru, quien lo que había hecho hasta ahora eran acciones equivocadas provocadas por su confusión, él que tenía la culpa de todo era el mayor y por lo mismo no tenía por qué estarse disculpando con él, a veces Satoshi podía ser manejado por el mayor tan fácil que hacía enojar.

-¿A ti? ¿Por qué? El único que ha hecho todo mal soy yo… Amarrándote, haciéndote llorar y obligarte hacer algo que no quieres hacer – Mientras decía esto, se acercó con cuidado para no asustar al menor y así quitarle el cinturón que rodeaba sus manos, las cuales al ser libres dejaron ver marcas rojas que las rodeaban por completo, al ver esto el castaño bajo la mirada, pero Satoshi no lo dejo así por mucho tiempo, con delicadeza alzó su rostro tomándolo de la barbilla para que así pudiera mirar sus ojos carmesí.

-El único culpable aquí soy yo, todo comenzó porque me deje llevar, no debí dejar que esto llegara tan lejos, yo mismo provoqué que todo esto pasara, si tan solo no hubiera aceptado este juego tú no te sentirías así, yo comencé esto, yo fui el idiota que se enamoró aquí, así que tengo que hacerme responsable de mis actos, y si esto es lo que quieras… yo te lo daré – El menor se posicionó encima de Shigeru, quedando en la misma posición de cuando estaban en el sofá, pero con una sola diferencia, esta vez Satoshi había tomado el miembro del castaño y con sumo cuidado se penetró con lentitud, más que nada soportando el dolor; por otro lado, el mayor no sabía qué hacer ni cómo reaccionar, los ojos de su niño estaban cerrados con fuerza y él lo miraba sin poder procesar la situación, la mano libre de Satoshi descansaba en su hombro y lo apretaba con fuerza, fue entonces que tomo la decisión de ayudar, con algo de inseguridad dirigió sus manos a la cadera del más chico y lo empujo con cuidado hacía abajo, los ojos carmesí entonces lo miraron y él se mantuvo sereno ante esta acción –Te amo – Shigeru no podía creer que después de tantas cosas aun siguiera amándolo, él no se merecía tener a ese chico con él, quería decirle algo, pero no sabía qué era lo que sentía en ese momento, algo estaba floreciendo dentro de él, algo que había querido reprimir pero que durante esos meses estaba creciendo poco a poco en su corazón, estaba confundido, pero a pesar de eso, algo dentro de él le decía que ese momento era el mejor de su vida.

Y Satoshi, para él también aquella situación era algo linda, tal vez todo había comenzado mal, pero mirar esos ojos verdes y ver un brillo especial que no podía interpretar le dieron esperanzas de nuevo, era un tonto, un idiota, pero no lo podía evitar, lo amaba con cada fibra de su cuerpo y no estaba dispuesto a dejarse vencer, acerco sus labios al mayor y un beso significativo se llevó a cabo, el mayor ya estaba completamente adentro del más chico, pero mientras seguían con ese beso no se quiso mover, sabía que aún no era el momento pero pronto sintió un insistente movimiento de cadera proveniente del ojos carmín.

Aquella situación pasó de ser una pesadilla al mejor sueño que los dos alguna vez pudieron tener, y aunque el menor no sabía que el otro había comenzado a sentir algo, no podía asegurar que al final solo esas sensaciones eran provocadas por el momento, tal vez al día siguiente esas dudas se aclararían y todo volvería a la normalidad, de nuevo seguirían siendo amigos ante todos y amantes a sus espaldas, él seguiría siendo en tonto enamorado y Shigeru el mujeriego de todos los días, pero en fin, él no quería pensar en eso en ese momento, Satoshi solo quería disfrutar los movimientos que compartía con ese tonto.

Sus labios en ningún momento se separaron, sin contar las veces que tuvieron que tomar aire para seguir devorándose el uno al otro, Shigeru puso sus manos en la espalda del menor y con sumo cuidado lo acostó en el suelo para tener mejor accesibilidad en él, tomo sus piernas e hizo que le rodeara la cintura con estas, así volvió a unir sus labios y profundizar las estocadas, Shigeru lo embestía cada vez más rápido pero a diferencia de la vez anterior el dolor ya no era un problema, la lujuria y el placer lo habían invadido por completo y sus movimientos insistentes de cadera lo dejaban en claro.

El miembro de Satoshi pronto fue atendido por la mano del mayor, quien seguía el ritmo que él mismo imponía de las embestidas, el final estaba por llegar y los dos no podían dejar de besarse con desesperación, cada vez que se separaban para robar un poco de aire, el menor no dejaba de decirle que lo amaba y el no paraba de pronunciar su nombre, Satoshi, Satoshi, Satoshi. En ese momento no había nadie más que él, ese momento solo podía preocuparse por el placer del otro, quería todo con él y hasta el momento así había sido.

-¡Ya no… aguanto! – Satoshi ya no podía aguantar más, el menor llegó al estaxis e inconscientemente estrecho entre sus paredes el miembro del mayor, quien al sentir tal fricción bastaron solo dos estocadas profundas y se corrió dentro del menor, todo termino y los dos estaban exhaustos, sus respiraciones intentaron acompasarse y sus ojos no dejaban de mirarse, el mayor salió con sumo cuidado del pelinegro y lo cargo hasta la habitación, lo único que querían era descansar.

Una vez ahí lo arropó con las sabanas y se acostó junto a él, acercándolo a su pecho y rodeándolo con sus brazos, el menor sonrió, no había mejor momento que ese y solo bastaron unos pocos minutos para que se quedara dormido en los brazos del hombre que hasta ese momento, pensaba, nunca dejaría de amar.

Los rayos del sol golpearon su rostro, no quería levantarse, quería seguir durmiendo toda el día si era posible, estaba cansado y un dolorcillo en su trasero no lo dejaba estar en paz, fue entonces que con este dato sus ojos se abrieron en grande, pronto recordó lo que había pasado el día anterior y una sonrisa boba se dibujó en él, se dio vuelta en su cama, buscando a la persona que le provocó una enorme felicidad, pero ahí… no había nadie, su cama estaba vacía y entonces se incorporó, Shigeru se había ido y en su lugar había dejado una nota en la almohada, junta a una rosa roja, tomo la nota con miedo y leyó su contenido.

Me fui a la universidad, no quise despertarte, duerme, te veo en la noche. Shigeru.

En ese momento Satoshi solo pudo sonreír y seguir recordando las miles de sensaciones que el castaño le había hecho sentir el día anterior, y bueno, claramente esa no había sido la última vez, esa misma noche todo se repitió, no solo las mismas sensaciones y la misma felicidad, sino también el vacío de la mañana siguiente, las mañanas después de sus sesiones de amor, siempre eran iguales, Shigeru no estaba, en la almohada continua una rosa roja y una nota lo sustituían y el poco un pobre bobo solo podía sonreír, pronto… Ya no hacía falta leer esas notas, no poner en agua las rosas que le regalaba, ya sabía lo que decían, ya sabía que la rosa se marchitaría, igual que su corazón.

Fin Flashback

Esta vez ya no iba a ser Shigeru el que no estuviera al día siguiente, después de recordar tantas situaciones dolorosas el menor tomó la decisión de acabar con ese dolor, faltaba poco para el amanecer y él aún no había podido dormir con tranquilidad, se paró de la cama y miró de reojo el cuerpo que aun dormida plácidamente, se puso su ropa interior y el mismo pantalón de mezclilla del día anterior, en su mano derecha descansaba su camisa blanca y con sumo cuidado salió de aquel lugar, sin imaginarse que Shigeru está había decidido amanecer junto a él…

01 año… Era el tiempo exacto en el que habían estado juntos en esa relación, sabía que sus acciones habían echado a perder muchas cosas, al principio no podía creer lo que estaba haciendo con su mejor amigo, el juego simplemente se convirtió en una excusa para poder hacer cosas que internamente siempre deseo hacer pero que ni loco había querido admitir y todo por el estúpido orgullo y por su imagen de mujeriego, él no quería lastimar a la persona que más quería en el mundo, la persona que siempre estuvo a su lado como un buen amigo tendiéndole la mano cada vez que le necesitaba, pero al final de cuentas, eso fue lo que hizo, lo había lastimado y se odiaba por eso.

Cuando todo comenzó, cuando aún se figuraban los primeros meses y llegaron a la mitad del año podía captar un brillo de esperanza en su niño, pero ese brillo poco a poco se fue perdiendo y él no podía hacer nada para hacerlo renacer, le tenía miedo, miedo a que esos sentimientos se apoderaran de su ser, nunca había dependido de nadie tanto como de Satoshi y le había estado hartando ser tan vulnerable ante él, parar esos sentimientos era la mejor opción, fueron incontables las veces que había decidido parar todo pero siempre terminaba besándolo hasta el anochecer y por las mañanas, se regañaba así mismo por ser débil y decidía irse, con la decisión de acabar con esa relación, pero eso nunca sucedió, todo el tiempo era igual y entonces… se rindió.

Amarlo era lo único que hacía, no podía dejar de pensar ni un solo minuto en él, quería arreglar las cosas, gritarle al mundo entero que él, Shigeru, estaba enamorado de Satoshi y pedirle perdón por todo lo que le había hecho sufrir, para así recompensarlo desde ese momento y hacerlo eternamente feliz, junto a él. Vivir una vida soñada, amarlo las veinticuatro horas del día, presumir que tenía como pareja al chico más lindo e inocente del mundo, y justo esa mañana pedirle algo que nunca creyó ser capaz de hacer… Pero entonces, no lo encontró, Satoshi no estaba en aquel lugar y un miedo enorme lo invadió por dentro, se había levantado esa mañana y al no verlo pensó que estaría en la cocina o en el baño en todo caso, con emoción había tomado una pequeña caja que aun llaca en su pantalón después de ponerse el susodicho al igual que su ropa interior, pero al salir se dio cuenta que no había nadie más que él…

Con prisa regreso a la habitación y buscó algo que le indicara donde estaría su amor, y entonces miro que debajo de la almohada la punta de una hojita se dejaba ver, la tomo, era una nota… Satoshi solo estaba imitando a su persona como todas las mañanas, en la nota se leía:

Tenemos que hablar, esto tiene que terminar. Nos vemos en la biblioteca de la universidad a las 12. Satoshi.

No, nada de eso podía terminar, menos ahora que había decidido estar junto a Satoshi para siempre, miró el reloj, eran las once y media, con algo de prisa tomo sus cosas y se metió a bañar con rapidez, al salir buscó entre las cosas de Satoshi alguna ropa suya, para su suerte, un pantalón pesquero blanco y una camisa negra que hace tiempo había dejado ahí aún le quedaban a la perfección, se puso sus tenis negros y salió corriendo de ese lugar, claramente sin olvidar aquella peculiar cajita.

Su desesperación crecía a cada paso que daba, quería llegar tan rápido como le fuera posible al lugar acordado e implorarle si era necesario a Satoshi que lo perdonara y le diera una segunda oportunidad, pero como algo más… Pronto llegó a la escuela, entro al edificio principal y corrió hasta la biblioteca, lugar en donde estaba seguro ya estaría Satoshi, una vez frente a esta miró la puerta con cautela.

¿Habría alguien más aparte de ellos? Tal vez era sábado pero había clases y no estaba seguro si los alumnos o la señora de la biblioteca estarían en ese lugar, no le tomó mucha importancia y abrió la puerta buscando con la mirada al dueño de su corazón, Satoshi estaba ahí, parado al lado de uno de los estantes, esperándolo a él, y para su suerte, efectivamente, no había nadie.

Cerró la puerta tras de sí y le puso el pestillo esperando que el menor no se diera cuenta de esto, los ojos carmesí parecían perdidos y lo miraban como se acercaba a él, pronto estuvieron frente a frente y más sin embargo, ninguno quiso hablar, a uno los nervios le mataban y el otro, no estaba seguro de querer alejarse del contrario, pues, muy a su pesar no había dejado de ser un tonto, aun lo seguía amando con intensidad.

-Shigeru, esto tiene que terminar, quiero que… me devuelvas la llave de mi departamento – Shigeru negó, y el menor frunció el ceño, pero no lo miraba a la cara, estaba haciendo las cosas más difíciles, ¡Para él lo que estaba haciendo era complicado y aun así el otro se atrevía confundir cada vez más! Su corazón le pedía que le diera una segunda oportunidad, pero su mente ya no soportaba seguir siendo engañado, entonces ¿A quién hacerle caso? –Escúchame Shigeru, quiero olvidar todo esto, a pesar de todo no he podido dejar de amarte y sé que eso nos traerá problemas a los dos, búscate un nuevo juguete, sienta cabeza de una vez – Shigeru apretó con fuerza sus puños, miró con seriedad y enojo contenido al menor, quien no hacía más que evitar su mirada desde que había comenzado a hablar.

-¿Y tú? ¿Qué se supone que pasara contigo? - Pudo percibir un respingo del menor, pasaron algunos segundos, el silencio se volvió profundo y Satoshi no estaba seguro de qué responder, pero aun sin pensarlo bien, las palabras salieron y al finalizar de hablar se arrepintió de haberlas dicho.

-Como dije, tal vez nunca deje de amarte, sigo siendo el mismo idiota así que nada cambiará para mí, yo deseo estar contigo para siempre, sin embargo sé que eso es imposible, verte feliz sería el mejor regalo que puedas darme, así que búscate alguien que pueda amarte más de lo que yo hago y olvídate que este juego alguna vez existió, por mi parte seguiré mirándote desde lejos siendo feliz – Sus palabras se escucharon cada vez más bajas para finalizar con un tono casi inaudible pero entendible, Shigeru negó con la cabeza, Satoshi estaba muy equivocado si pensaba que todo iba a terminar así, él era la única persona que necesitaba para ser feliz.

-Compusiste mi vida como si tú fueras el que tomaría esa decisión – Su voz sonaba fría y por primera vez en ese lugar, ante la sorpresa de sus palabras, Satoshi lo miró a los ojos -¿Qué te hace pensar que quiero olvidarte como si fueras una basura? Yo no quiero mi felicidad, mucho menos mi vida, si tu no vas a formar parte de ella – El menor no comprendía, la situación se había puesto tensa, comenzó a negar con la cabeza, no quería volver a caer en esas trampas, no cuando ya estaba decidido a seguir –Satoshi escucharme, yo no quiero la vida que crees que tendremos si todo esto termina, no permitiré que tú desaparezcas de mi vida porque ya no puedes escapar de mí, ¿Qué no lo entiendes? Es imposible para mi dejarte ir – El más chico había comenzado a pronunciar una y otra vez una sola palabra, Basta, basta, si eso era un juego quería que parara de una vez, su corazón dolía porque no creía que en verdad todo fuera cierto, sus manos se condujeron a su cabeza y se taparon los oídos como si esto bloqueara la entrada de aquella voz que lo estaba confundiendo cada vez más, Shigeru ante esto frunció el ceño y con fuerza tomo al menor por las muñecos -¡Joder, Satoshi, TE AMO! – Decirlo tan directamente era lo que desde un principio debió hacer, sin embargo sabía que todo había ocurrido tan rápido que tenía miedo de la reacción del menor, pues este se había quedado quieto, en estado de shock.

-¿Por qué insistes en jugar así? – Las lágrimas no se hicieron esperar más, empezaron a rodar por sus mejillas y Shigeru suspiro, sus brazos rodearon el cuerpo del menor en un fuerte y cálido abrazo, el ojos carmín escondió su rostro en el pecho del mayor y este recargo su barbilla en la cabeza con cabello negro, los sollozos eran lo único que interrumpían en ese momento el silencio que en la biblioteca se había formado y Shigeru se sintió culpable al haber provocado todo eso.

-Perdóname, perdóname por ser un cretino, no, más que eso, un bastardo; Satoshi, esto ni en un principio fue un juego, todo esto solo fue una excusa para estar junto a ti, una forma de experimentar, estar contigo sin involucrar lo que realmente sentía, yo era el que no quería aceptar sus sentimientos por orgullo, diciendo día a día que yo mismo terminaría con esto, levantándome antes que tú para huir de tu mirada dolida y siendo incapaz de alejarme de ti para no hacerte daño – El mayor abrazó con más fuerza al más chico por las cosas que salían de su boca, estaba dispuesto a arrodillarse si era necesario, no quería perderlo y la desesperación de pensar que eso fuese posible lo estaba matando por dentro, por otro lado Satoshi se había quedado callado y trataba de calmar sus lágrimas ante el asombro de lo dicho por aquel que era su amante –Sabía que te hacía daño, me odiaba por eso, intente decirte muchas veces que te amaba pero el miedo me invadía y hoy, esta mañana cuando no te encontré pensé que todo se había acabado y quería llorar, Satoshi no puedo perderte, no quiero… yo te amo – Las manos blanquecinas temblaban, preguntándose si creerle o no para así corresponderle ese abrazo, sus brazos subieron con algo de duda, pero al separarse por unos pocos centímetros para así alcanzar a mirar esos ojos verdes que no demostraban otra cosa más que lo mismo dicho, su corazón dio un brinco y él, se abrazó tan fuerte como pudo.

Dentro de Shigeru un gran alivio se formó, pudo por fin respirar con tranquilidad y sentir que el gran peso que lo aplastaba estaba desapareciendo poco a poco, en eso miro a los ojos al más chico, esos ojos con un color carmín que siempre le habían llamado la atención, con el dorso de su mano acaricio la mejilla del mismo chico y no pudo evitar sonreír bobamente, el más chico por el contrario sentía sus orejas arder, su boca estaba entreabierta y podía observar como los ojos de su castaño pasaban de sus labios a sus ojos, esto le provoco gracia y decidió entonces acercar más su rostro al mayor, cortando con esto la distancia y brindándole un beso que lo dejo sin aliento, Shigeru junto sus cuerpos un poco más, tomando al más chico de la cintura, mientras que el otro, con las mismas intenciones, rodeo el cuello de Shigeru y siguieron con su contacto labial.

En eso, al sentir que sus pulmones reclamaban oxigeno se separaron e intentaron acaparar todo el aire posible para recuperar el aliento, este pequeño descanso Shigeru lo aprovecho a la perfección, se separó del chico y se hincó frente a él, este comportamiento extraño a Satoshi, quien en lo último que pensaba que sucedería era aquello que muchos ya habrán pensando. Sin embargo, al ver esa mirada, sentir como su mano era alzada y besada por unos labios, percibir esa sonrisa y observar como con su mano libre sacaba de su bolsillo una cajita, lo capto todo.

-No puedes decirme que no, te necesito a mi lado, quiero gritarle al mundo que me perteneces y que yo te pertenezco a ti, que eres mi complemento y por supuesto, el amor de mi vida – La cajita fue abierta y los ojos carmesí se abrieron en grande ante lo que resplandecía ante ellos, un anillo, un hermoso anillo de oro con una joya roja, las palabras sobraban, con tan solo ver aquello todo era tan claro que Satoshi se preguntaba si su amante se atrevería a preguntarle aquello que ya sabía que era pero que aun así quería escuchar –Satoshi, soy el hombre más testarudo, egocéntrico y puede que sea un bastardo, tal vez no te merezco pero soy egoísta y no quiero que nadie te tenga más que yo, te amo y no me importa nada más que tu… Dime, ¿Quieres casarte conmigo? – Un gran suspenso, Satoshi se había tapado la boca con la mano que su amante no agarraba, sus ojos se pusieron vidriosos y él chico hincado estaba desesperado por saber la respuesta, sin embargo la garganta del menor no articulaba lo que con tanto deseo quería gritar, así que optó por la segunda opción, ¡Saltar a sus brazos y besarle con emoción!

-¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! – Entre beso y beso no se cansaba de decir que sí, su corazón saltaba de alegría y sus ojos dejaban salir lágrimas de emoción, Shigeru reía complacido por haber podido lograr su cometido, por fin podría estar al lado de ese chico sin mascaras ni mentiras, solo un puro y enorme amor. Con estos pensamientos sus labios volvieron a unirse, era una suerte que la biblioteca estuviera cerrada, así, los dos chicos comenzaron a excitarse por ese simple contacto y el mayor, tomando iniciativa, acaricio con sus manos por debajo de la camisa de aquel chico la deliciosa y suave piel blanquecina y haciendo uso de su experiencia y con un movimiento rápido posiciono al menor acostado sobre el suelo y él a cuatro sobre él para así tener más disposición de aquel cuerpo que era suyo.

-No… espera- Satoshi sentido la lengua del mayor por su cuello, besos y mordiscos fueron depositados en ese mismo sitio subiéndole la temperatura corporal en el proceso –La puerta – Dijo casi con trabajos, a lo que Shigeru solo sonrió, aunque la verdadera razón por la que había puesto el pestillo era para que Satoshi no huyera en caso de que no quisiera hacerle caso resulto que ahora era una excelente cuartada para lo que en ese momento estaban haciendo, sin embargo una idea surco su mente, se dice que el estar en peligro de ser descubiertos a la hora del sexo agranda el placer que esas dos personas sienten a causa de la adrenalina, entonces se dijo así mismo que Satoshi no tenía por qué saber aquel pequeño secretillo.

-Olvida la puerta, concéntrate en tu placer – Esas fueron sus simples palabras a diferencia de sus atrevidas acciones, de nueva cuenta estaban a punto de tener aquel momento intimo que desde hace ya un año venían haciendo con gran goce, sin embargo, algo diferencia esta vez con todas las anteriores y eso era… El reconocimiento de sus sentimientos. Con esto pasó poco tiempo para que las ropas estorbaran y cada uno decidiera arrancar esas prendas del contrario, pronto los dos se encontraron desnudos en plena biblioteca sintiéndose el uno al otro sin frenos.

Shigeru entonces comenzó a masajear aquella zona intima que con solo pequeños toques, dulces palabras y adrenalina ya había comenzado a gotear, todo era pausado, lento y delicado, Shigeru intentaba ser lo que en todo ese año no había podido lograr, ser gentil y cuidadoso, sin embargo la situación para Satoshi se había puesto aburrida, pues fue un año, un año completo con sexo desenfrenado y placentero, en el que gritar sus nombres era excitante y en donde Shigeru le ordenaba decirle que lo amaba y que le pertenecía, Satoshi quería algo de eso y lo iba a conseguir aun cuando fuera él quien obligara al mayor, con estos pensamientos empujo al otro, siendo este acostado en el suelo y él se sentó sobre un punto sensible, en donde su parte trasera comenzó a restregarse con profundidad.

-¿Sa…toshi? – Para el mayor todo era confuso, sin embargo no estaba dispuesto a parar aquellas caricias en lo absoluto, la sonrisa de su prometido le decía suficiente, los gemidos se hicieron cada vez más sonoros, sus manos por inercia fueron a parar a aquella cintura moviéndolo entonces con más rapidez, Satoshi estaba tan concentrado, dejándose liberar, que no se dio cuenta del sonido de unos pasos acercarse hasta allí.

-¿Escuchaste eso, Taki? Viene de la biblioteca – Shigeru alcanzó a oírlos, de seguro eran dos chicos de alguna facultad, aún estaban algo lejos y sus voces no se escuchaban con claridad, sin embargo no le importo y con algo de brusquedad pero al mismo tiempo sin exagerar cambio de roles con el menor, se incorporó para sentarse en una de las sillas de aquel lugar y así jalar al chico que aun yacía en el suelo, lo sentó sobre él continuo los movimientos que el otro había comenzado, entiéndase, restregar su hombría contra el trasero del ojos carmesí -¡¿Ay alguien?! ¡¿Hola?! –Satoshi se asustó, la puerta fue tocada y por inercia quiso separarse, pero el mayor no lo dejo, por el contrario este lo alzo, se paró y lo hizo inclinarse hacía una mesa y una vez acomodado lo penetro de una sola estocada, al instante Satoshi dirigió sus manos a su boca y con fuerza las apretó contra sí para no dejar salir aquel gemido que seguramente debía ser escandaloso, mientras tanto Shigeru sonrió con prepotencia, los dos chicos aún seguían insistiendo en saber quiénes estaban ahí, sin embargo nadie contestaba y el mayor solo se encargaba de moverse cada vez más rápido y duro contra el menor.

-Aquí no ay nadie, vámonos idiota – Satoshi agudizo sus sentidos, escucho los pasos de aquellos chicos alejarse, sin embargo hubo un punto en el que poner atención a esto le fue imposible, su castaño le estaba dando con todo y las ultimas estocadas para que él se corriera estaban a la vuelta de la esquina.

-Vamos… déjame escuchar tu voz – Sin importarle nada, sin siquiera preguntarse si esos dos chicos aun seguirían cerca dejo salir su voz, los gemidos entonces invadieron toda la estancia y Shigeru sonrió al verse complacido –Buen chico – Satoshi sintió que el clímax estaba cerca y coló una de sus manos hasta su parte íntima y no dudo en masturbarse el mismo, mientras tanto Shigeru también estaba en su límite y por ende profundizo el toque y lo volvió más rápido, pronto todo acabo.

-¡Satoshi!- ¡Shigeru! – Un gutural gemido salió de las dos gargantas acompañado por sus nombres pronunciados por el contrario, Satoshi inclusive al terminar sintió sus piernas temblar y no se pudo quedar en pie, sus respiraciones eran agitadas y aunque quisieron controlarlas esto les llevo un tiempo, Shigeru una vez calmado salió del menor y al mirarlo a la cara pudo ver aquellos ojos que estaban a punto de cerrarse, decidió ayudarlo un poco, lo limpio y lo vistió, Satoshi se dejaba mimar y aunque no se dio cuenta ni cómo ni cuándo, de un momento a otro el sueño le gano.

Shigeru totalmente satisfecho lo cargo entre sus brazos y lo llevo a casa, en el camino su mirada se desviaba a la mano de su amado, en donde e anillo había sido depositado un rato atrás, claramente después de haber terminado su sesión de amor, puesto que se le había pasado ponerlo antes en aquel dedo que era su dueño; al llegar al departamento y con grandes esfuerzos para abrir la puerta camino hasta la habitación del más chico y lo deposito delicadamente en la cama, lo arropo y estuvo a punto de retirarse para dejarlo descansar, sin embargo una mano no lo permitió y al voltear pudo ver la mirada preocupada de su amor.

-Duerme, estás muy cansado – Shigeru simplemente sonrió y besó con delicadeza la frente del más chico, este sin embargo negó ante lo dicho por su amado y este lo miro con duda.

-No quiero, tengo miedo. –Esta vez Shigeru se sintió más confundido, incapaz de comprender los sentimientos de aquel chico que durante años había sido su amigo, un año su amante y ahora su prometido. Así fue entonces que se atrevió a preguntar el porqué de ese supuesto sentimiento temeroso y el más joven contesto -A qué no estés cuando despierte – Esta simple contestación hizo que el mayor abrazara por inercia al más chico, este se aferró a aquel que ahora le había prometido pasar toda la vida con él por miedo a verlo irse, sin embargo esta vez no iba a ser así.

-Te prometo que estaré a tu lado al amanecer –Las palabras de Shigeru resonaron en su cabeza, sintió la cama hundirse y el calor de un cuerpo acomodarse a su lado, su chico de ojos verdes decidió acompañarlo en su descansar y así rodearlo con sus brazos brindándole protección, fue entones que supo que lo que dijo no era mentira y al amanecer estaría ahí.

FIN.

Pd 2 : Es un poquillo largo pero no se desanimen me esforcé por que la trama no tuviera huecos !! :D
 
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